jueves, 1 de septiembre de 2011

Sangre azul

Sucia al pensar que nadie haría nada, que todos se dejarían llevar por su mandato eternamente, la tacharon de puta, zorra y mentirosa. Mentiría si dijera que no era todo esto, pues era una reina cruel con el pueblo.
Su rostro era blanco, como la nieve, ya que un moreno broceado estaría mal visto en la nobleza de aquella época, vestía luto de negro por la muerte del rey que por supuesto no había sido un accidente y tenía la nariz puntiaguda como si de una bruja se tratara.
Su mandato siempre fue despiadado algo que le llevo a la muerte, pero antes pudo perturbar viejas y jóvenes mentes. Ninguna sangre azul salió de su cuerpo en la horca, ninguna rosa cayó del cielo, ninguna voz se alzo con su muerte, ningún Dios dio la cara por ella… Se descompuso y los gusanos comieron su carne.  Como una más y no como una reina.

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