La juventud se abre paso a través de cráteres, explorados por astronautas que viajan en sus naves Apolos y todo lo que comen viene en tubo. Suelen ser cráteres atacados por dedos, que solo piensan en apretarlos para que así salga el rico puré de patatas que comen dulcemente en sus comedores.
Los años pasan sin rutina, porque la rutina no existe, los que antes eran pequeños ahora son grandes y los que eran grandes ahora están muertos. Así es como crecen las grandes mentes privilegiadas y las no tanto perturbadas. No es la vida, es la rutina que no existe y que cambia por cosas tan sencillas como el levantarte por la mañana o el no levantarte nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario